Una mujer soldado en un mar de hombres
Descubrir a Ana María de Soto y Alhama, la primera mujer soldado de la Armada Española (1973), a través de la magnífica novela “Hija del Mar” de Alicia Vallina Vallina ha sido un grandísimo descubrimiento.
Supongo que, como en su momento lo fue para la autora (Alicia Vallina, descubre esta historia `absolutamente real´ en el transcurso de una investigación en el Museo Marítimo de San Fernando, Cádiz) se trata de un descubrimiento que me hizo vibrar de nuevo con la historia de nuestro país. Una sensación muy cercana a la que décadas atrás había experimentado conociendo las proezas de otros Grandes.
Alicia Vallina narra con gran maestría la historia de una mujer de otro tiempo permanentemente enfrentada a su destino. Una historia de superación, increíble y motivadora que nos deja un mensaje de esperanza en el que con tono vehemente “Hija del Mar” parece recordarnos que todos, sin excepción, somos fruto de las decisiones que tomamos.
Con estilo cervantino, me vienen a la memoria diversos pasajes de `Don Quijote´, “Hija del Mar”, consigue desde el principio sumergirnos en una sociedad y unos tiempos de pobreza extrema; caminos sin asfaltar transitados por mulos y carretas, polvorientos y peligrosos; brutalidad; poderosos barcos de línea y galeones y todo ello, con el trasfondo de la búsqueda de aventuras (como hoy las llamamos). Aventuras que, como escotilla de escape, se abría com única opción ante los ojos de aquellos desdichados que como el Faro de Alejandría anhelaban cambiar el rumbo de unas vidas de miseria. Todo ello en la España de finales del Siglo XVII, una “Gran España” que comenzaba a desdibujarse, pero que aún conservaba, como orgullo heredado, el valor, el honor y el sacrificio hacia nuestro país